Cyril Burt (1883-1971) fue quizá el psicólogo británico más eminente de su generación. Famoso en su día por sus trabajos sobre el análisis de factores y de la estadística en Psicología, y por sus estudios sobre la herencia y la inteligencia humana. Su reputación se vio oficialmente confirmada por el título de caballero, por lo cual se convirtió en Sir Cyril Burt. Su hecho más importante fue el intento de dar sustento científico a las diferencias raciales: según esta teoría hay razas que heredan una inteligencia normal que les permite abrirse camino en la vida y hay otras que reciben una inteligencia inferior. Si esto es así, y bajo ese prisma racista, para las instituciones educativas resultarían inútiles todos los programas de ayuda a chicos carenciados porque tarde o temprano caerán en la delincuencia.
Abonado a las ideas eugenésicas de Francis Galton y abanderado del carácter hereditario de la inteligencia humana, realizó en los años 50 y 60 numerosos estudios sobre el CI con gemelos para demostrar que la genética determina las facultades intelectuales de las personas.
Desde su posición influyente, consiguió implantar un test de inteligencia para todos los niños de 11 años. A los que obtenían una escasa puntuación no se les permitía acceder al bachillerato ni a la universidad, y eran relegados obligatoriamente a desempeñar oficios manuales. Los datos de Sir Cyril sirvieron para revitalizar otra vieja práctica: el control social de hombres y mujeres pobres.
La prueba obligatoria se mantuvo hasta 1969, pero los fraudes del Sir no vieron la luz hasta después de su muerte: Burt se sacó de la chistera los resultados de los estudios que llevó a cabo con los gemelos, se inventó dos colaboradoras investigadoras, Miss Howard y Miss Conway, e intentó atribuirse la invención de la llamada técnica del Análisis Factorial, ideada por Charles Spearman (1863-1945), tras la muerte de éste. El caso es que hasta años después del fallecimiento de tan prestigioso caballero no surgieron las voces en pro de la verdad y las evidencias de sus falsedades... ¿Por qué? Isaac Asimov dijo una vez que la teoría de la inteligencia heredada es muy conveniente para los que ocupan los peldaños superiores de la escala social y económica.