19 de febrero de 2013

las manos negras

"La Mano Negra"

Bajo ese nombre se extendió la leyenda de una organización secreta de origen turbio a la que se atribuyó a finales del s.XIX una serie de actos y atentados de supuesto cariz "anarquista" en Andalucía, especialmente en la zona de Jerez. Sin embargo, se sabe fehacientemente que aquello fue un montaje inmundo del gobierno de Sagasta (todas las pruebas fueron inventadas) tanto para justificar la represión como para echar mierda sobre el movimiento revolucionario y libertario que germinaba por aquellas tierras.

Entre otras consecuencias, los hechos se saldaron entre 1882 y 1884 con el asesinato alevoso y premeditado por parte del Gobierno español de siete campesinos inocentes, y un número indeterminado de detenidos y torturados. El trabajo sucio de las fuerzas gubernamentales no quedó en saco roto, y durante mucho tiempo quedó en el imaginario colectivo la idea de la "mano negra" como el de un ente misterioso, terrorista y cruel; un fetiche con el que atemorizar al personal, al igual que se hacía con el "hombre del saco" a los tiernos infantes.

Grecia, intervención militar

Blackwater (ahora llamada Academi) es una empresa privada de mercenarios, radicada en los USA, que ha realizado diversos "trabajos" por subcontratación en operaciones de intervención, invasión y ocupación militar. Destaca su actividad en Irak y Afganistán, donde han sido, en ejercicio de su labor, ejecutores de numerosos asesinatos entre la población civil.

En 2012, un informe de inversión yankee animaba a la compra de acciones de dicha compañía, sugiriendo que algunos gobiernos solicitarían la participación de sus servicios, poniendo como ejemplo directo a Grecia. En enero de 2013 el rumor fue confirmado por Leonidas Chysanthopoulis, diplomático de carrera griego, que advertía de la posibilidad real de que se importaran mercenarios para mantener el Orden en este país, empobrecido por las directrices de la Troika y al borde de un estallido social.

Tal vez como complemento justificativo ante la ciudadanía de la necesidad de las fuerzas especiales para garantizar "su seguridad", ocurrieran casualmente una serie de incidentes en Atenas a principios de 2013 (por ejemplo, el extraño ataque con kalashnikov a la sede del partido del gobierno). ¿Estaríamos ante una re-edición de la Operación Gladio?

Miembros de los Servicios Secretos en España haciéndose pasar torpemente por "anarco-terroristas"

En febrero de 2013 apareció una cutre bomba casera en un confesionario de la Catedral de la Almudena de Madrid, la cual no llegó a estallar y fue desactivada. El recinto y sus alrededores están plagados de cámaras, de las que no se sabe nada sobre las grabaciones (se dice que estaban convenientemente inoperativas el mismo día...). Inmediatamente se atribuyó la acción a grupos "antisistema" o "anarquistas", y aparece reivindicándola un tal "Comando Insurreccionalista Mateo Morral" mediante un manifiesto que, como vamos a ver, pone en evidencia la naturaleza del autor/redactor. Con citas textuales como:
- "Los cimientos de vuestro poder han temblado por los kilos de nuestra pólvora sacrílega".
- "dar caña a la monarquía borbónica".
- "las condiciones para el ataque son propicias siempre que exista Estado, capital y más aún una podrida familia real fascista".
- "Esto es propaganda por la acción*".

El lenguaje desfasado, el discurso huero y pueril empleado en la nota no es propio ni coherente con un grupo anarquista con dos dedos de frente. Más bien sugiere que fuese elaborado posiblemente desde instancias para-policiales, por algún elemento quizá maduro en edad, pero bastante lerdo en cuanto a conocimiento de la mentalidad libertaria. Aparte de otros aspectos que no hacen más que corroborar esta sospecha, como la elección del lugar donde se colocó el artefacto. también es coincidencia que el mismo día saliese a la luz un grupo denominado "nuevo-GRAPO".

Lo cual nos lleva al manido asunto de los ataques de falsa bandera. Estrategia ponzoñosa de la que el incidente reseñado es una muestra ínfima de manual básico, de algo que yase hizo antes mucho más a lo grande (por ejemplo, el "Caso Scala"). Lo que no quita para que existan descerebrados que con la excusa de la lucha social sean manipulados/utilizados para los objetivos que buscan quienes manejan los hilos: sembrar antecedentes y dejar "miguitas" por si algún día hay que montar una operación de false flag de mayor envergadura, dejar caer entre la población la idea de que oponerse al regimen es propio de terroristas, asociar el anarquismo a la violencia para construir una imagen negativa de esta ideología en previsión de acontecimientos venideros...

En fin, que cuando los anarquistas de verdad en contadas ocasiones han hecho uso de la violencia, han sabido poner las bombas en el sitio adecuado.

Para terminar, un extracto significativo del libro "El Palestino" de Antonio Salas, con la debida cautela que haya que tener por la credibilidad del autor. Pero lo que cuenta puede acercarse a la realidad:

En aquella ocasión mi contacto había sido un viejo amigo, colaborador del CESID de la época, que llevaba algún tiempo infiltrado en los movimientos de ultraizquierda catalanes. De hecho, había llegado a asistir a las famosas movilizaciones de Génova, un año antes, que dieron la vuelta al mundo. De su mano me introduje en aquellos movimientos anticapitalistas, e incluso me apunté a unos talleres de artes marciales y técnicas de lucha, en el centro okupa El Forat de la Vergonya, donde se nos enseñaba cómo enfrentarnos cuerpo a cuerpo a los policías antidisturbios. Talleres que no me sirvieron de nada ya que, evidentemente, recibí más de un porrazo de la policía en dichas manifestaciones, al encontrarme en cabeza de manifa con los componentes del black block.
Nuestras reuniones las controlaban al milímetro los diferentes servicios infiltrados en aquellos movimientos. Hasta tal punto que, en una reunión del comité que debía organizar las acciones en una de aquellas multitudinarias manifestaciones, descubrí con asombro que prácticamente todos los asistentes éramos infiltrados. A aquella asamblea del «comité de acciones» asistíamos siete personas, y nada más llegar reconocí a un antiguo conocido, funcionario de prisiones y colaborador del Cuerpo Nacional de Policía, que evidentemente también estaba infiltrado y que no me reconoció con mi nuevo look antisistema. Mi amigo, infiltrado para el CESID, identificó además a un colaborador de los Mossos d’Esquadra y a otro de la Guardia Civil. Con lo cual, solo quedaban dos auténticos anticapitalistas. Todos los demás miembros del comité éramos infiltrados. En otras palabras, detrás de todas las acciones aprobadas al menos en esa reunión estaban en realidad los servicios policiales que después deberían reprimirlas. Y la prensa, o sea, yo, que debería informar sobre ellas. Da que pensar, ¿no?
Sospecho que no era la única vez que ocurría algo parecido. Y cuando esto ocurre, solemos ser los infiltrados los que, para reforzar nuestra falsa identidad, hacemos las propuestas más violentas y agresivas. De hecho, tengo razones para sospechar que los responsables de los violentos talleres de artes marciales antipoliciales a los que yo asistí en el centro social okupa del Forat de la Vergonya eran miembros del servicio secreto cubano y/o español. Merecería la pena reflexionar en profundidad sobre esto.


* El escribano del comunicado no aprobó en la academia la asignatura sobre movimientos revolucionarios y ácratas en los s. XIX y XX. Se refiere a la expresión "Propaganda por el hecho".