Amadeu Casellas, una vez fuera tras 27 años encarcelado (de los cuales, la misma Administración de Justicia acabó reconociendo que 8 no le correspondían legalmente), aprovecha para asistir a charlas donde explica y denuncia aspectos muy interesantes sobre la actualidad del sistema penitenciario, de los que destacamos un par.
1. El gran negocio de la cárcel:
- En Catalunya la empresa pública CIRE gestiona los talleres de todas las prisiones, también se encarga de lavanderías, cocina o planes ocupacionales. Se contrata a los presos bajo condiciones fuera de la normativa laboral, cobrando menos de 300 € por el trabajo equiparable al de un "mileurista". Además, este método de explotación también sirve de medida cohercitiva y de control: se relaciona con los informes para otorgar permisos y otras prerrogativas que dependen del juez de turno.
- Las mafias carceleras se plasman en los encargos que hacen todo tipo de empresas (algunas grandes y muy conocidas, como el de la mayor cadena de distribución en España, cuyos almacenes lucen un logotipo con un triángulo isósceles verde) de mano de obra barata y sin derechos. Encima se da la paradoja de presos manufacturando materiales con la consecuente ganancia empresarial, plusvalía que aumenta escandalosamente al ser la misma empresa la que vende ese mismo producto a Instituciones Penitenciarias.
- Otra contradicción aberrante: a los inmigrantes ilegales que meten entre rejas y acaban currando en esos talleres, se les da de alta en la Seguridad Social (cotizando, pues, la cuota correspondiente), sin embargo, al salir se les retira el nº de S.S. y por arte de birli-birloque vuelven a su condición de "sin papeles".
Con una media de 164 presos por 100.000 habitantes, el Estado español es el de mayor densidad en Europa de personas presas. Durante los últimos años se han construido varias nuevas cárceles. Lógico, viendo los dividendos que reportan a algunos "listos". Como Amadeu dice, esto provoca que toda la población esté bajo un régimen de 4º grado.
2. Las drogas y similares:
- El problema principal dentro del trullo no son las drogas ilegales, sino las legales. Los problemas sanitarios incluso de muertes vienen la mayor parte por estas últimas. A los nuevos ingresados se les ofrece, tengan o no dependencia, tratamiento con metadona y otros tranquilizantes. A lo largo de la estancia, se "juega" con la administración de las dosis de forma que se consiga el enganche y control del preso-enfermo.
- Se acaba de publicar que, de enero a octubre de 2010, se han producido 37 muertes dentro de las prisiones, según Instituciones Penitenciarias. Sin embargo, estos datos están manipulados, de forma que la cifra real se aproximaría a 270. Obviamente, los numerosos casos de suicidio se silencian.