Siempre es buena ocasión para volver sobre este peculiar personaje, único, histriónico, agudo y soberbio, que ha llevado a las más altas cotas el activismo político en el mundo del teatro y de los clowns. Se le puede considerar apátrida, y uno de los países que más frecuenta es precisamente "Hispanistán". Por aquí actuará durante la primera quincena de octubre (y seguramente en noviembre y diciembre), representando su actual espectáculo "Utopía". Sobre el cual, presentamos a continuación un video a cargo de la revista catalana digital de artes escénicas Teatralnet, donde se reproducen retazos del show, aderezados con alguna disertación de Leo:
Si quieres bajártelo, puedes hacerlo desde aquí (hosting en megaupload, formato mp4, comprimido en zip) o desde aquí (hosting en easy-share). Lamentablemente, sobre lo que dice habría que puntualizarle dos cuestiones, no siempre se acierta:
- Que intente retomar y defender la idea de "Izquierda" y "Progreso" a estas alturas, cuando ha quedado demostrado que estos conceptos distraen del verdadero quid de la cuestión, que es tan simple como la mera existencia del Poder sin adjetivos ni color que se asume/impone sobre la gente llana.
- Que afirme impertérrito que la población mundial debe reducirse hasta 1.000 millones: ¿Por qué esa cifra y no otra? ¿No se da cuenta que este argumento alimenta las intenciones de las elites eugenésicas? Otra vez se equivoca en el problema de fondo que no es el número de habitantes, sino el modus operandi del Sistema voraz que despilfarra recursos, crea excedentes que van al vertedero, mantiene desequilibrios sociales extremos, provoca desastres ecológicos, etc.
Por otra parte, aprovechamos este post también para retomar una parte de su anterior obra, centrada en uno de sus caballos de batalla que es el laicismo. Seguidamente, la transcripción de un fragmento en la parte final de su espectáculo "La Revelación", donde cuenta cómo en un viaje a la Patagonia chilena le invitaron a una ceremonia indígena y a raíz de su experiencia pagano-chamánica y la historia real de tres distintos misioneros jesuitas (especialmente la del austriaco Martin Gusinde), sintetiza la siguiente reflexión elaborada por un religioso europeo que acude a evangelizar a los autóctonos.
"¿Por qué vengo a decirle a estas mujeres que ir desnudas es malo y es pecado, cuando no saben lo que es ni han tenido nunca la sensación de ir desnudas? ¿De qué pecado estoy hablando? Por el contrario, sospecho que ellas piensan que yo vivo en el pecado por ir vestido. en una o dos ocasiones han hablado sobre mi ropa, preguntándome qué escondo bajo la sotana y por qué nunca se ve mi cuerpo... La duda me invade el corazón. ¿Por qué estoy aquí hablando de mi Dios y de su Hijo cuando esta gente ya tiene dioses que respetan, honran y les llenan la vida? Ellos me acogen con sinceridad y generosidad sin saber que yo les estoy tratando como a niños incapaces de gobernarse. Mi relación con ellos es falsa y mi amor, una profunda hipocresía. Esta misión no es más que un ulterior acto de colonialismo."