11 de septiembre de 2010

perros que esperan hasta el final

Hachiko era un perro de raza Akita que nació en 1923 al norte de Japón. A los 2 meses fue enviado a la casa de un profesor Agricultura de la Universidad de Tokio. Ambos se adoraban, y el perro todos los días lo acompañaba a la estación, se sentaba en la pequeña plaza y esperaba allí a su dueño quien regresaba de su trabajo por la tarde. Dos años después, el profesor sufrió un infarto en la misma universidad y falleció. A la mañana siguiente Hachiko fue visto enfrente de la estación, esperando al profesor. Aguardó todo el día a pesar de que las personas que conocían su rutina trataban de transmitirle que era en vano. Al día siguiente estaba allí de nuevo. Y así pasaron semanas, meses y años: el can iba cada mañana a la estación y esperaba el día entero a que apareciese su amigo-dueño. Hachiko se hizo popular entre los vecinos de la estación que lo apodaron "el perro fiel", y también a nivel nacional cuando este episodio se publicó en prensa. 10 años después murió frente a la estación.

Hachiko en 1932.

En 1987 se rodó la película "Hachiko Monogatari", una semblanza sobre su historia. Luego vinieron los yankis a hacer su acostumbrado remake titulado "Siempre a tu lado" (2009), que trancurre en Estados Unidos, claro. Más cercanos, y por tanto menos hollywoodenses, encontramos casos similares:

* Como la de Canelo en Cádiz, que acompañaba a su dueño hasta la puerta del hospital donde éste solía ir por su tratamiento de diálisis. Hasta que un día el hombre no salió vivo de allí. Pero Canelo se quedó esperándolo en la calle todos los días, pasando frío, hambre y sed. Los vecinos lo cuidaron y fue la presión popular quien le salvó de ser sacrificado cuando lo cazaron de la Perrera municipal. 12 años esperó Canelo a las puertas del hospital, donde al final murió en 2002 en el paso de peatones por una de esas máquinas rodantes de atropellar que se dio a la fuga. 

* Más recientemente, Alicio, un perro de la localidad de Monte Cristo, en Córdoba (Argentina) lleva a fecha de hoy casi 9 meses esperando a su dueño en la puerta del Centro de Salud donde fue atendido por última vez. El hombre, en estado grave, fue trasladado de urgencia a otro hospital y murió. Desde entonces, el animal se mantiene en guardia frente al Centro esperando el regreso de su amo. El grupo de voluntarios que lo alimenta, llamado "Uniendo Huellas", no puede entender la lealtad de este perro que, pese a haber sido dado en adopción varias veces, siempre regresa al lugar.

Arriba, Canelo y Alicio. Abajo, Luk.

Está muy manido el tema de los lazos de lealtad que algunos perros forman con algunos humanos: por ejemplo, también con los innumerables casos de los abandonados o perdidos a varios kilómetros (a veces cientos) del hogar, que retornan hacia sus dueños. Esta idiosincracia canina provoca que haya amantes de la libertad que prefieran los gatos por su independencia y carácter anti-autoritario frente a la fidelidad sumisa de los chuchos. Esta opinión es correcta, y sin entrar en ese debate estéril, sí hay que puntualizar que no sólo existen los "perros-policía", y que hay otro tipo de canes más en onda libertaria, como ya expusimos con el caso del colega griego Luk (la mascota anti-sistema que se enfrenta a los antidisturbios).