Desde tiempos de la conquista romana o la posterior árabe, la región cántabra de la Península Ibérica se ha caracterizado por la resistencia y belicosidad de sus habitantes frente a las invasiones, allá en las montañas de los Picos de Europa. Pareciera casi como que esta actitud guerrera les viniera predispuesta a sus habitantes por genética o por cuestión medio-ambiental. En un salto histórico, nos remitimos a la llamada Revolución de octubre de 1934:
Enmarcada en una situación social insostenible, la República española no acomete la esperada Reforma Agraria y el pueblo obrero se encuentra oprimido. En varios puntos del país se inicia aquel entonces una insurrección popular que sólo llega a cuajar en Asturias, entre otros factores gracias a la combatividad y alianza de sus organizaciones obreras. Los mineros, gremio tradicionalmente castigado y luchador, toman la iniciativa (los socialistas se hacen fuertes en Sama, los anarquistas en La Felguera). El gobierno manda al ejército colonial y la Legión desde Marruecos, comandados por unos tales Francisco Franco, Goded y Yagüe. En menos de dos semanas, la revuelta es derrotada y se inicia una cruenta represión.
Más tarde, en plena dictadura, también fue de los pocos focos desde donde arrancaron y se llevaron a cabo huelgas exitosas, como la de 1962. Ya en el siglo XXI, las regiones que viven de esta actividad productiva se encuentran condenadas gracias a los gobernantes. La minería del carbón es un recurso energético acusado desde las instancias institucionales como ineficiente, caro y antiecológico (argumentos discutibles). Esto lo dicen precisamente los culpables del escenario de asfixia económica y depresión a que han llevado a las comarcas mineras.
Luego están los cómplices que vomitan infamias contra los trabajadores de la mina: señalándolos ante el resto de la población como "privilegiados". Ello por haber conseguido tras años de luchas el tener un sueldo mínimo digno y unas condiciones de jubilación ajustadas medianamente a una actividad extremadamente peligrosa e insalubre. Como siempre, hay idiotas que caen en la trampa de las comparativas demagógicas que provocan envidias estúpidas e insolidaridad entre la misma clase explotada. Esto es, que en vez de luchar por conseguir mejoras propias, se rabie por las ajenas. En cualquier caso, poco envidiable es el horizonte al que han abocado a los mineros y sus familias, rehenes de una casta dirigente inepta y corrupta.
A modo de homenaje hacia este gremio, dos simpáticas coplas de dos bandas -Siniestro Total y Def Con Dos- cuyas letras guardan cierto parecido en su tono de cachondeo, además de que ambas tienen el nexo común (al menos en los inicios de DCD) de Julián Hernández.
Videoclips de Siniestro Total con "Cuenca Minera" (borracha y dinamitera, como una regadera) del disco de 1993 "Made in Japan". Y de DCD, con "Mineros Locos" del disco de 1994 "Armas pal Pueblo", con baja calidad de sonido. Si quieres bajártelos, puedes hacerlo desde aquí (hosting en mediafire, formato mp4, comprimido en zip) o desde aquí (hosting en 4shared).