7 de mayo de 2013

la lluvia es del gobierno y del capital

"Nos van a hacer pagar hasta por mear"; "si pudiesen, cobrarían por respirar"... se oye entre los de abajo cuando ven cómo les roban en su bolsillo agujereado para llenar aún más las arcas de los poderosos. Frases que van adquiriendo cada vez un sentido más literal y menos metafórico. La voracidad recaudadora de los gobiernos no conoce límites, sobre todo si se trata de confiscar a las clases populares. La excusa medioambiental es, además, una coartada de ínfulas éticas que gustan de emplear, con motivos disfrazados de mentiras evidentemente, porque al final de lo que se trata es de lo de siempre, pillar cacho. Un caso mundial, y que tiene que con aquello de pagar por el aire que se respira, es el del Mercado del CO2*. La filosofía asquerosa que subyace es la de que "si pagas, puedes contaminar". Más ejemplos de lo mismo, pero donde el quid de la cuestión es que uno no pueda recoger libremente el agua de lluvia, puesto que ésta viene tasada con impuestos, o es propiedad bien gubernamental, bien de una empresa privada.

- El Condado de Jackson, Oregon (USA), tipifica como delito la permacultura y reclama la propiedad del Estado sobre todo el agua de lluvia y estanques. Establece penas de prisión para los infractores. El adiministrador del departamento de Recursos Hídricos de Oregon afirmó que éste es dueño del agua de lluvia, por lo que el Condado condenó en 2012 a un hombre a 30 días de cárcel y una multa de más de 1.500 $, por el "crimen" de recoger aguas pluviales en su propiedad.

- En Maryland, el Gobernador estableció en abril de 2013 una tasa a la ciudadanía por la cantidad de lluvia que caiga en la propiedad privada, que se hará cumplir en 9 de los condados del Estado. El cálculo de la cuantía se hace a través de la vigilancia por satélite del terreno. El motivo oculto es aumentar la recaudación con que paliar el déficit estatal. Una vez más, aparece la neo-lengua y los eufemismos, ya que previamente se había aprobado un ley estatal en 2012 para teóricamente "aumentar los ingresos destinados a la limpieza de la Bahía de Chesapeake".




Si no pagas, no puedes tocar la lluvia. Prohibido también cantar u holgar bajo las precipitaciones hídricas.

- En algunas ciudades de Europa, los habitantes pagan por el transcurso del agua caída del cielo. En Klaipeda (Lituania), los dueños de las casas particulares pagan por el agua no canalizada que pasa por su territorio antes de caer al sumidero general. En Ravena (Italia) la autoridad local promovió un impuesto a la lluvia en 2008 que provocó una fuerte indignación.

- En Bolivia, durante 2000-2001 se sucedió la denominada "guerra del agua" con estallido social incluido. Un asunto si cabe con implicaciones más chungas que los anteriores. Por ley, el suministro general de agua fue privatizada haciéndose cargo una empresa, Aguas del Tunari, detrás de la cual se escondían compañías transnacionales (Bechtel, Edison, Abengoa...) ávidas de un lucrativo negocio expoliativo. La ley incluía la entrega a la empresa de todos los recursos hídricos. Incluso fue redactada ad-hoc para que nadie escapase a la exclusividad de la empresa, ya que con la vertiginosa subida del precio del agua justo tras la privatización, la gente -para no pagar- recogía el agua de lluvia en los tejados. Así, la ley prohibió entonces explícitamente estas prácticas porque afectaban a su derecho de monopolio sobre el agua.

* A partir del Protocolo de Kyoto y con la falsedad de la "lucha contra el cambio climático y el calentamiento global" se impusieron unas cuotas de emisión de CO2 por países. Debido a ello, se formó un Comercio (literal: bonos, plusvalías...) Internacional de Emisiones que recoge las operaciones de compra-venta de permisos entre distintos países para cumplir con los compromisos adquiridos.