Desde principios del s.XIX se ha venido usando de forma masiva una amalgama compuesta de Mercurio y otros metales como material de empaste dental, típico de color gris plateado, por ello llamado "de Plata" (metal que lo compone en un 15% frente al 50% de Mercurio). 7 empastes de amalgama corresponden a un peso de unos 2 gramos de mercurio puro. En Alemania la media son 12 empastes por ciudadano (3 a 4 gramos). Tan solo un gramo de mercurio conduciría a la muerte por inyección directa. Ciertamente, este mercurio está presente en combinación química, en estado puro a condiciones atmosféricas sería líquido.
La caries se produce a partir de la acción sobre el tejido dental de los ácidos derivados de los restos de alimentos que permanecen en el espacio bucal, especialmente azúcares y almidones. Por ello, la ingesta de dulces, arroz, etc. aumenta el riesgo.
Aunque la Medicina ofical considera seguro el uso de empastes de amalgama mercúrica-metálica, lo cierto es que no se ha demostrado su inocuidad: una vez colocados, liberan en el interior de la boca vapor de mercurio combinado (a partir de 20ºC). Con el tiempo, las amalgamas se van desgastando lentamente, lo que puede también contribuir a que el portador se exponga al metilmercurio (es decir, su forma metálica), de manera que mediante una dosificación lenta sufra una intoxicación crónica.
Su alta toxicidad causa, por inhalación; bronquitis, neumonía y daños al sistema nervioso central. Presente en el cuerpo, se acumula en los órganos (cerebro, riñones, hígado, mucosas...) y afecta también al sistema endocrino.
Las amalgamas mercúricas se están sustituyendo paulatinamente por otros materiales como "composites", cerámicos, plásticos... Cabe preguntarse si en su día se afirmó que eran seguras, por qué se restringió su aplicación en embarazadas y niños. En Japón cambiaron desde 1982 a empastes de plástico. En la Ex-URSS la amalgama se prohibió en 1975. En Suecia se abandonó en 1996, y poco después en Alemania y Austria. Las escuelas odontológicas de Suiza y Japón ya no enseñan el uso de amalgamas como principal práctica dental.
Así, en breve quedará la potencial intoxicación mercúrica en los implantados de mayor edad. Pero el peligro del Mercurio está presente de muchos otros modos. Se encuentra en altas concentraciones en pescado contaminado, en vacunas... además, la influencia de los síntomas fisiológicos por acumulación de metales pesados puede verse incrementada ante la exposición a fuertes campos u ondas electromagnéticas (wifi, alta tensión, etc.). Más información en ecoportal, mercuriados y mercurio en la boca.