Continuando con la serie pontificia, y para que ésta no se haga eterna, pegamos un salto desde el Renacimiento hasta el último Papa decimonónico, Giocchino Vincenzo Pecci.
A pesar de ser considerado un atemperado respecto a su antecesor, Pío IX, y de estar lejos de las intensas actividades criminales de sus predecesores de siglos atrás, no por ello ciertos aspectos de su mandato tuvieron su correspondiente incidencia nefasta en el devenir de la Humanidad, como en estas breves líneas pasamos a exponer. Más aún cuando la hagiografía católica lo quiere hacer pasar por un hombre preocupado por las cuestiones sociales de su tiempo. Por ello es preciso poner los puntos sobres las íes y apuntar a este Papa como el que reforzó en plena época moderna la complicidad y el apoyo ideológico al Poder terrenal en general y al Capitalismo y la propiedad privada en particular.
León XIII fue fecundo creador de encíclicas, aunque en cuanto a descendencia carnal se limitó a solo un vástago mientras era nuncio en Bélgica. Ante la reciente pérdida de los Estados Pontificios, llevó a cabo una política de aparente enfrentamiento a la nueva Italia unificada. Condenó el "americanismo", movimiento que en su torpeza abogaba por acercar iglesia y fe a las ideas de renovación y las prácticas democráticas.
Su encíclica más famosa y profusamente difundida por la Iglesia como base de su doctrina social es la Rerum Renovarum de 1891. Para contrarrestar la descristianización de la clase trabajadora (que venía sufriendo el azote de la Revolución Industrial) y su "pérdida de imagen" entre los sectores desfavorecidos que tomaban conciencia de su situación, este Papa supuestamente moderado se sacó de la manga este texto, que resulta en realidad justificador del status quo de Estado y Capital, y es representativo de la postura inductora a la sumisión y resignación de su rebaño que permanentemente ha defendido la Santa Institución.
La encíclica de marras empieza reconociendo las condiciones precarias de las masas obreras, para a continuación realizar una defensa inequívoca del sistema de propiedad privada* y el destino universal de los bienes. En consecuencia, pasa a criticar al socialismo** y a salvaguardar la división de clases. En definitiva: apuntaló la idea de la ganancia propia con el trabajo ajeno (fundamento de la explotación del hombre por el hombre), la existencia de ricos y pobres, y no planteó la auténtica razón de ser y origen de las grandes fortunas. Eso sí, sostenía que todo fuese bajo un orden con cierta armonía: ya que "denunciaba" algunas situaciones cercanas a la esclavitud en los obreros (en su "benévolo" concepto de Justicia, afirmaba que cada trabajador debe recibir un salario que le permita subsistir), y a los capitalistas les niega -de forma hipócrita- el exceso de riqueza y el ansia acaparadora, cuando precisamente la usura y la avaricia es la base filosófica del sistema.
Otra idea clave de la Rerum Renovarum es el llamado a las distintas clases a organizarse de forma conjunta y a formar partidos propios y uniones laboristas bajo principios católicos***. Con este fundamento los seguidores de esta doctrina se inspiraron para la formación de sindicatos amarillos y verticales, así como partidos demócrata-cristianos. No obstante, la rabieta por la reciente pérdida de los Estados Pontificios le llevó a mantener la prohibición a los católicos italianos de ejercer el derecho al voto.
Bajo su fachada de pontífice preocupado por la cuestión social, no dejó de ejercer el autoritarismo correspondiente a su puesto. A modo de compensación por su pérdida de poder político terrenal, potenció la actividad diplomática del Vaticano, y se empeñó en ensalzar su propia figura estableciendo numerosas normas de exaltación papal en el ceremonial católico: en una muestra de su "modestia", por ejemplo, instituyó el formalismo de permanecer arrodillado ante Su presencia durante la audiencia papal en señal de respeto.
* Un extracto: "Hay que concederle necesariamente la facultad, no sólo de usar las cosas presentes, [...], sino de poseerlas también con derecho estable y perpetuo. [...] Se halla en la misma ley natural el fundamento y razón de la división de bienes y de la propiedad privada."
** Donde se englobaban entonces divergentes movimientos que abogaban por la redención de los trabajadores como el comunismo marxista, el anarquismo, o el socialismo parlamentario.
*** En contraste con la confrontación que planteaban los movimientos socialistas y que Él denunciaba, abogando por "no perjudicar de modo alguno al Capital, [...] esta solución habrán de darla los obreros cristianos, si, agrupados en asociaciones y valiéndose de consejeros prudentes, vuelven a entrar por el camino que con gran provecho, particular y público, siguieron antiguamente sus antepasados". Dicho de otra forma: ¡Con lo bien que estaban en los viejos tiempos, siendo explotados sin ofrecer resistencia!
6 de septiembre de 2011
papas ilustres (6ª parte) león xiii
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