5 de septiembre de 2011

papas ilustres (5ª parte) alejandro vi

La vida del valenciano Roderic Llançol i Borja, o Borgia, nacido en Xàtiva en 1431, ha sido objeto de varias novelas y películas. No es para menos. Sobrino de Calixto III, pertenecía a una familia poderosa de nuevo cuño, lo que le permitió su imparable ascensión dentro de la jerarquía eclesiástica, probablemente ayudado también por sus conocidas tendencias al crimen* y la lujuria. Compró con sacos de oro y plata cargados en cuatro mulas los votos de los cardenales que le faltaban para alcanzar la silla de San Pedro en 1492 (sus rivales, los futuros León X y Julio II, tuvieron que huir). En esa fecha contaba ya Roma en su padrón de habitantes con varios hijos bastardos del nuevo Papa, llegó a tener al menos 9 vástagos. Entre su prole destacaban César (el Borgia más maquiavélico) y Lucrecia, ésta última según crónicas, amante ocasional de su padre y su substituta política a efectos prácticos durante las ausencias del pontífice de Roma.

Preparó una reforma eclesiástica que se quedó en agua de borrajas, ya que centró sus esfuerzos en el trato de los asuntos materiales: monetarios -como estipular el precio de las indulgencias- y carnales**. Ni siquiera la muerte de su pequeño Juan a manos de César*** le llevó a cambiar el rumbo de su sacro gobierno.

Retrato de perfil... contundente perfil.

Como jefe supremo de la Cristiandad hubo de administrar el "Descubrimiento del Nuevo Mundo": En las bulas alejandrinas de 1493 (antecedente del Tratado de Tordesillas) se fijaba el meridiano divisorio con el que Castilla y Portugal se repartían las tierras de América. Convertida Roma en finca privada de la familia Borgia, Alejandro VI destacó en dos de sus características. Por ser un voraz adicto al sexo: por ejemplo, en el "torneo de las rameras" en una noche de octubre de 1501 junto a César se montaron una impresionante orgía con las 50 mejores prostitutas romanas. Y por ordenar el asesinato de enemigos, afición ésta compartida por su hijo César, y que les llevó precisamente a ser ambos envenenados (debido a un error cometido por los criados de César) con arsénico en sendas copas de vino en 1503. César acabó recuperándose, pero Alejandro VI, ya mayor, terminó sus dias en una agonía con su cuerpo hinchado, putrefactándose externa e internamente.

Bacanal en el Vaticano (pinchar para ampliar). Escena del comic "Borgia" de Millo Manara, donde se contienen otras escenas, duras y realistas, sobre los hechos históricos.

El capellán Burchard, que había tenido anteriormente la desagradable ocasión de hacerse cargo de los cuerpos de Inocencio VIII y Sixto IV, tuvo que manejarse con un cadáver monstruoso, hediondo, que apenas cabía en el santo ataúd. 
 
* Ya con 12 años destripó a un compañero de juegos a estocadas.
** Entre sus concubinas más duraderas: Vanozza Catanei y la casada Julia Farnesio.
*** El cuerpo de Juan fue sacado del Tiber. Una vez más, los cachondos romanos pusieron la nota sarcástica al afirmar que "por fin el Papa se ha convertido en pescador de hombres".