El 23 de febrero de 1981 se produjo en España un intento o amago de Golpe de Estado a cargo de una pandilla de guardiaciviles y militares. Así lo asevera la interpretación oficial, que defiende la función representada en aquella opereta por el Borbón. Pero por abajo se sabe que hay más, oscuro u oculto, de lo que en la historiografía se recogió; hay varias versiones* sobre la genésis y desarrollo del evento. Sin profundizar en las líneas de investigación que ponen en entredicho qué ocurrió realmente, sí podemos citar una serie de datos concretos que llevan a dudar de las explicaciones que brindaron los medios oficiales. En síntesis: El hecho de que el "Golpe" no se dirigiese contra la cabeza del Estado, sino en Cortes. Las relaciones tan cercanas entre uno de los coordinadores del asunto, el general Armada, con el Monarca. Las consultas telefónicas que éste efectuó antes de que finalmente, pasadas varias horas de la ocupación del Congreso y de las calles de Valencia, hiciese en la madrugada su aparición estelar como salvaguarda de las libertades democráticas...
Para acercarse algo a lo que realmente pasó, tal vez habría que tener en cuenta el principio de "cui prodest", o sea, a quién acabó beneficiando el proceso de los acontecimientos. Y esto puede deducirse de algunas consecuencias, constatables, que se derivaron de todo ello al poco tiempo:
- La desactivación del estamento militar como fuerza fáctica de primer orden, y su supeditación a otros Poderes.
- Legitimación social de la figura del Rey, pupilo del anterior Dictador que lo nombró heredero directo. A pesar de meterse con calzador en la Constitución, por aquel entonces no parecía acabar de cuajar.
- La constatación de la ausencia de una respuesta inmediata y adecuada del pueblo, totalmente atemorizado ante lo que pensaba que se le venía encima. De esta forma, se contribuyó a la domesticación de la clase trabajadora.
En muchas ocasiones son los humoristas gráficos quienes plasman con sus monigotes la verdad y la esencia de las cosas. Y sobre el tema referido, nos inclinamos por la brillante visión en la parábola que, unos meses después, ofreció Ivà:
(Pinchar, sobre cada una de ellas, para ampliar las 3 páginas)
Esta historieta apareció en la revista "El Papus", publicación ciertamente toca-pelotas durante su periodo de existencia, del tardo-Franquismo (1973) al fin de la Transición (1986), en la que sufrió desde atentados a numerosos cierres gubernativos. Ivà (Ramón Tosas Fuentes, 1941-1993) fue un habitual y promotor de ese semanario y de "El Jueves", personajes inolvidables suyos son Makinavaja el último choriso o las Historias de la puta Mili. Sobre el papel tan digno de los pintamonas satíricos de la época -entonces en revistas combativas- se puede también mencionar "El Víbora" que, en cuestión de pocas semanas, publicó un especial (ver arriba, la primera ilustración) sobre aquel "Golpe".
* Recomendables, por ejemplo, los trabajos del Coronel Amadeo Martínez Inglés.