17 de enero de 2011

nísperos y níspolas

Si nos referimos al fruto llamado níspero, lo más normal es que el interlocutor se haga una idea de algo como la primera imagen:

Aunque hasta bien entrado el s.XIX, más bien hubiera interpretado la segunda imagen. La explicación radica en que se suelen denominar de idéntica forma, aunque a veces con la variación "níspola" en el segundo caso. El primero es el fruto de la Eriobotrya japonica, el segundo de la Mespilus germanica, ambas pertenecen a la misma subfamilia de las rosáceas. Lo de la confusión con el nombre se complica más con otro árbol y fruto de la familia de las sapotáceas en América, donde también recibe la misma designación de níspero.

La variedad asiática, la Eriobotrya japonica, desde su introducción en Europa en el s.XIX fue sustituyendo a la Mespilus germanica. El "níspero" es jugoso, rico en fibra y fructifica a principios de primavera. Mientras que la "níspola", más áspera y desconocida, lo hace algo más tarde y una vez recolectado hay que esperar para su ingesta hasta que esté muy madura, en invierno, con un tono marrón oscuro casi al punto de pudrirse.

El nisperero se reproduce por semillas o por esquejes. Requiere riego moderado y poda mínima, se adapta a cualquier tipo de suelos y resiste temperaturas moderadamente frías en invierno por lo que se habitúa bien en zonas de clima mediterráneo. En infojardin hay varios artículos sobre su sencillo cultivo, mantenimiento y otros aspectos.

Sin embargo, la variedad germanica o nispolera, debido a su casi nulo aprovechamiento comercial, se ve en peligro de extinción en muchos lugares del Sur de Europa, quedando un importante reducto en Alemania. Al respecto, cabe mencionar de pasada otros frutales cuya presencia en el campo ha ido mermando mucho al desparecer sus frutos del mercado: como el xínxol o gínjol y las acerolas. De algunos de ellos se habla en un artículo sobre frutos olvidados de otoño e invierno en la comarca cordobesa de Los Pedroches.