Ya lo señalamos en su día: la asquerosa ponzoña en que está metida una de las actuales y mayores distracciones estúpidas que sueltan para la plebe (a nivel planetario!). Resaltemos un par de aspectos:
Primero. El nivel impresionante de deuda galopante sobre la que se soporta esta gran mentira. El respaldo financiero y logístico de mafias, medios, entes bancarios y entidades públicas sólo es equiparable al que se da en el sostenimiento de los partidos políticos. Hoy mismo, el diario "El País" (perteneciente al entramado/grupo PRISA, en quiebra técnica, y que asimismo sobrevive por intereses políticos - su director forma parte del Club Bielderberg) publica que la deuda en el fútbol español alcanza los 1.000 millones de €... cifra a todas luces maquillada. Análisis más serios apuntan que sólo los equipos que conforman la Primera División suman una deuda cercana a los 3.500 millones de €. A la cabeza, el fastuoso hipermediático Real Mandril con más de 500 millones, seguido de Barça, Atlético de Madrid, Valencia, Mallorca... Entes empresarial-"deportivos" cuya actividad económica se basa en vender humo y aguantar a base de pelotazos (valga la rebuznancia) urbanísticos, chanchullos con medios de comunicación y estamentos públicos, blanqueo de dinero a cargo de inversores, etc. Es fácil deducir a qué intereses oscuros sirve este montaje deficitario.
En efecto, la imagen que acompaña el artículo es injustificable, una vacilada sexista y gratuita por parte del autor.
Segundo. El ciudadano de a pie sigue vehementemente ("béééeé-mente" como borregos) este circo montado con masturbaciones sobre la nada más absoluta, un simple deporte consistente en pegar patadones a un balón y colarlo en la portería contraria. Causa más que vergüenza ajena asomarse a la llamada "prensa deportiva", cómplice esencial y activo de este gran engaño. Sobre la consideración en que se tiene todo lo que gira alrededor de este espectáculo mediático, veamos un artículo titulado "el ejemplo del futbolista" de junio de 2009 de un tal Pascual Serrano del que pueden extraerse algunas conclusiones:
El pasado sábado 30 de mayo, un periódico nacional dedicó dos páginas a un reportaje sobre el pequeño pueblo de La Manchuela donde resido. El motivo es que de esa misma localidad procede un exitoso futbolista del F.C. Barcelona al que, según el diario, se le considera el mejor de España. Ni que decir tiene que días antes ya habían pasado por este municipio de poco más de mil habitantes televisiones nacionales y, por supuesto, todos los medios regionales, atraídos por el mismo asunto. Entre los testimonios recogidos por el diario se encontraba el del concejal de Cultura, un brillante ingeniero astrónomo del Centro Superior de Investigaciones Científicas que durante un largo periodo trabajó para la NASA.
De modo que allí teníamos al ingeniero astrónomo de la NASA, cuyo interés para la prensa estribaba en que pudiese hacer declaraciones sobre un futbolista. Igual podría haber sido un insigne cirujano o un brillante poeta, quizá hasta un Premio Nobel, para nuestros medios de comunicación su valor se limita a los comentarios que pudiese realizar en torno a un jugador de fútbol. De hecho en el municipio también reside un pintor expresionista de reconocimiento internacional que, al no opinar de fútbol, tampoco sirve para dignificar al pueblo.
Por supuesto, no es mi intención restar valor y mérito al futbolista en cuestión. En el pueblo están orgullosos de él porque ha convertido en famoso el nombre de esta localidad, sin que yo entienda para qué interesa la fama. Siempre preferiré un pueblo con infraestructuras y buena gente que con fama, pero quizá sea una opinión muy personal, indigna de interés.
Plantear la miseria de que un modelo social destine miles de veces más dinero a un jugador de fútbol que, por ejemplo, a un Premio Nobel de Medicina, ya era inquietante. Lo que ya me ha resultado deprimente es que los ingenieros de la NASA interesen a los medios si es para hablar del futbolista. No hace falta que diga que en el colegio del pueblo ningún niño puede entender qué sentido tiene estudiar o aprender, si lo más considerado en su sociedad y en sus medios de comunicación es la capacidad de jugar a la pelota, que es lo que ellos hacen en el recreo, no dentro del aula.
Pronto llegará el día en que, si surge un buen regateador en Lanzarote, los periodistas vayan a entrevistar a José Saramago para conocer sus impresiones sobre el deportista.
El mensaje de fondo es correcto, pero al margen, señalar una serie de objeciones que hacer a este texto, como son: Que tampoco tiene por qué ser motivo de encomio el que uno haya trabajado para la jodida agencia espacial de los U.S.A. o sea un puto Premio Nobel, y que además el periódico de donde está extraído ("La Verdad") sea una mierda.