18 de julio de 2013

redivivo con abrazos y palabras

En marzo de 2010 una australiana dio a luz a dos gemelos de forma prematura (27 semanas), uno de ellos, tras 20 minutos de intentos por hacerle respirar, fue declarado muerto. La madre no se rindió, abrazó al bebé contra su piel con la cabeza sobre el brazo y se puso a hablarle. Tras 2 horas, el niño comenzó a mostrar señales de vida. La madre le dio un poco de leche materna con el dedo, empezó a respirar con normalidad y abrió los ojos. La historia acaba con final feliz, y el niño recuperado. Siguiendo en este plan ñoño, ya hablamos de los abrazos rescatadores en recién nacidos, así como del poder curativo de caricias y abrazos.

En cuanto a la explicación de esta "resurrección", se dice que los bebés -que dentro del vientre respiran por la sangre oxigenada que les llega vía cordón umbilical- tienen una gran resistencia a la hipoxia cerebral.